Fotografías: Félix Reyes Matías
En una pandemia como la vivimos, hemos tenido que aprender a enfrentarla día con día. Profesionales de las ciencias como la medicina y la química realizan esfuerzos a pasos acelerados para encontrar una cura que permita a la humanidad volver a lo que, hasta inicios de este 2020, conocíamos como normalidad.
Las autoridades de salud a nivel federal y estatal, han implementado diversas estrategias para tratar de frenar el acelerado ritmo de contagios, las medidas de distanciamiento social e higiene y el uso de cubre bocas en lugares públicos y espacios cerrados han sido las normas constantes en la mayoría de países.
Pero ¿cómo enfrentan la pandemia las comunidades más alejadas de los servicios de salud, que padecen escasez de agua o que su economía se mermó más rápido debido a esta contingencia? Y ante estas preguntas surgen más ¿qué políticas se han implementado para atender a la población con estas características de vida?
Son las comunidades, con sus reglamentes y normas internas, con sus usos y costumbres quienes han dictaminado cómo hacer frente al Covid-19. En algunas comunidades, por ejemplo, decidieron impedir entradas y salidas de personas para evitar que el virus llegara a sus habitantes. En otras más, la movilidad se ha visto restringida a las actividades más indispensables.
La existencia del Covid-19 nos ha recordado la fragilidad de nuestra salud y como en tantas catástrofes, la necesidad de una comunidad unida para salir adelante.